martes, 7 de enero de 2014

Ricardo Combellas sigue la senda equivocada




Mis comentarios a su artículo de hoy en El Universal, titulado: “Respuesta a Gustavo Coronel”.

 R.C. es Ricardo Combellas:

R.C. El distinguido venezolano Gustavo Coronel, persona de mi aprecio personal e intelectual, independientemente de que no concuerde con algunas de sus ideas, ha realizado un análisis de mi artículo denominado Mi punto de vista, donde manifiesta una serie de observaciones críticas. Merece  Gustavo Coronel (de ahora en adelante GC) una respuesta de mi parte. No cae en argumentos ad hominem, lo cual en la Venezuela polarizada de hoy es un elogio, pues combate en el plano de las ideas sin descalificar, es mi caso, al adversario en el combate político.

Gustavo: Gracias por los cumplidos y por reconocer que mis comentarios iban hacia sus  opiniones y no hacia su persona.

R.C. Responderé a continuación los argumentos que en mi opinión revelan mayor pertinencia e interés:

GC comienza por destacar que dadas las características autoritarias del régimen y la ausencia de garantías  en el manejo de las elecciones por parte del ente electoral, no se puede hablar de triunfo popular. Difiero de su opinión. El pueblo, con más precisión,  el electorado en definitiva se manifestó en un acto voluntario y decidió libremente su destino, como lo ha venido haciendo en todos estos años, consecutivamente en un número de elecciones como nunca antes habíamos vivido, por la sencilla razón de que la Constitución de 1999 es una Constitución profundamente democrática, por lo cual las consultas populares frecuentes forman parte de su ser democrático, participativo y protagónico.

Gustavo: No es posible estar de acuerdo con Combellas cuando dice que el electorado venezolano decide libremente su destino. El debe saber que el CNE está fuertemente controlado por el régimen y que los abusos de poder caracterizan cada proceso electoral. Su elogio a estos procesos es inexplicable en un humanista y me causa tristeza.

 R.C. El pueblo venezolano sigue siendo, nos guste o no nos guste, mayoritariamente chavista. Existe dos medios en nuestra democracia para cambiar esa situación: a través del voto popular, o la desobediencia civil y el desconocimiento del régimen en los supuestos que establece la propia Constitución. Cuando la oposición ha tenido la fuerza para lograrlo ha tenido éxito, como fue el caso en su momento de negarle a Chávez la reforma general de la Constitución.

Gustavo: Estoy de acuerdo con Combellas en la popularidad del chavismo, aunque es extraño que él parezca pensar que ella es una popularidad por convicción, cuando todos sabemos ) deberíamos saber) que ha sido el resultado de una política de dádivas que ha arruinado al país y casi terminado con la clase media.

R.C. GC cuestiona la legitimidad de Maduro, independientemente del éxito electoral del régimen el pasado 8 de diciembre…. La mayoría de los venezolanos hoy considera a Maduro su presidente legítimo. No puede haber ningún tipo de negociación política con el régimen si no se parte de esta realidad. Se trata de un hecho incontrovertible. Malgré GC y como diría Saint-Beuve: "No hay nada tan brutal como un hecho".

Gustavo: Combellas y yo no estamos “viendo el mismo partido”. Creo que la mayoría de los venezolanos no ve en Maduro un presidente legítimo, a pesar de los resultados de las elecciones pasadas. Combellas sabe que la manera de llegar al poder de Maduro fue ilegítima y que su comportamiento posterior lo ilegitima aún más. Frente a los resultados de la pasada elección hay todo un cúmulo de evidencias sobre la naturaleza ilegítima de su “presidencia”. Pero es evidente que en este campo ya no hay más espacio para el debate con Combellas y estamos de acuerdo con él en nuestro desacuerdo.  

OMITO PORCIONES DEL ARTÍCULO SOBRE LOS CUALE NO TENGO COMENTARIOS

R.C. …… Por último, no puedo dejar de destacar las palabras con que GC termina su escrito: "Hay que insurgir". Insurgir es sublevarse, la tentación del golpe de Estado, el "golpe a la lámpara". ¿Es lo que quiere GC para Venezuela? Sólo le digo que es muy fácil afirmarlo cómodamente residenciado en un acogedor villorrio del gran país del norte. Más difícil es sostenerlo existencialmente en la sufrida y querida tierra patria.

Gustavo: En este párrafo final Combellas se desvía del debate conceptual para aludirme personalmente, algo que yo no hice en mi escrito. Primero que todo  Combellas confunde insurgencia con golpe de estado, con “un palo a la lámpara”. El tiene que saber que insurgencia es también desconocimiento de la autoridad cuando existe injusticia y abuso por parte de esa autoridad. Este es un principio que posee abundantes argumentos a favor. Más aun, la constitución de 1999 contempla no solo el derecho sino el deber ciudadano de insurgir en contra de un régimen que ha hecho del abuso de poder una forma de vida. Combellas piensa, probablemente, en la insurgencia a la Chávez, aquel traidor golpe gorilesco de 1992, el cual cobró tantas víctimas inocentes.  Yo no apoyé ese golpe ni apoyé a Chávez después.

De seguidas Combellas trata de descalificarme, al decir: “es muy fácil afirmarlo cómodamente residenciado en un acogedor villorrio del gran país del norte. Más difícil es sostenerlo existencialmente en la sufrida y querida tierra patria”. Yo estoy seguro que Combellas debe estar arrepentido de haber dicho esto, un intelectual de su valor. Yo estoy fuera de mi patria por haber insurgido con la única arma a mi disposición,  la palabra, no con una AK47, contra el régimen. Opté por salir de un país donde no era libre, con cuyo régimen no deseaba co-existir pacíficamente. Más cómodo hubiera sido guardar silencio frente a la barbarie  y dedicarme, como los bolichicos, a hacer dinero a costa de los venezolanos.

Puedo estar equivocado,  pero nunca aceptaré que estar fuera de mi país me inhabilite para decir lo que deseo decir como venezolano.  

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Usted es muy educado para decirle a Combellas lo que realmente es. Yo lo haré por Ud.: Combellas no eres más que un grandísimo hijo de puta.

Ya hasta me parece una versión gorda del Marquesito del Toro, Alfredo Toro Hardy

Unknown dijo...

Muy de acuerdo con las respuestas de Gustavo a los desaliñados planteamientos de Ricardo Combellas, a quien yo también critiqué duramente pero no quiso contestarme debidamente. Entre todos los temas tocados por Ricardo y Gustavo, da pena ajena la ignorancia puesta de manifiesto por Ricardo Combellas, en cuanto a la legitimidad del ilegítimo, de verdad que con personas así, con venezolanos así no llegaremos a ningún lado. La ilegitimidad del ilegítimo, por expresarlo de alguna manera no está dada por unos actos politiqueros de Capriles o de la oposición mediocre que tenemos, la legitimidad está contemplada en toda su extensión en nuestro Marco Jurídico y este fue violentado.

Anónimo dijo...

Combellas es un pobre ser, que ahora pretende darselas de erudito intocable. Combellas SI esta descalificado para cualquier tipo de debate porque todos nos acordamos que era una de las estrellitas de Chavez para imponer su castro-comunismo. Luego Chavez, en su estilo unico lo desecho como un condom, asi como hizo con cuanto sujeto le sirvio (porque el DIABLO paga ASI a QUIEN bien le sirve).

Ahora el condom usado este abre la jeta para descalificar a Coronel quien A DIFERENCIA DE COMBELLAS NO TIENE UNA SOLA MANCHA EN SU EXPEDIENTE, y hacerse el que no tuvo nada que ver.

El hijo del halcon negro dijo...

Excelente respuesta y hasta los comentarios son buenos, hay que golpearlos y exponer sus flaquezas y actitudes dictatoriales

Liz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Liz dijo...

No se entiende al Sr. Combellas. En Mayo del 2013 critica A Hernann Escarra para benaplacito de muchos venezolanos que seguimos creyendo en la probidad de algunos voceros de la vida politica del pais y ahora se centra en una diatriba con el Sr. Gustavo Coronel por la critica a su articulo, que es tan cinico y carente de todo sustento, que hasta los seguidores o mejor dicho los vividores del regimen Deben quedar boquiabiertos por la complacencia hacia el regimen tan insistente. Hasta cuando tanto caradurismo!